Música porque no es todo fotografía en la vida. Fotografía porque no es todo música en la vida.
Una revelación tardía. Apareció como un destello cuando ya tenía algo más de veinte años. Salvo que fuera anterior y yo no lo supiera. Como no tenía recursos, durante años me dediqué a tomar fotografías de las que no queda registro, con la mirada y la imaginación, sin revelado, sin carretes y sin cámara. Pasados los años, me pude comprar una Yashica FX-2*, una cámara analógica de segunda mano, con la que pude por fin fijar lo que veía. A tenor del elevado precio de carretes y revelados, lo mejor que me podía pasar es que Steve Sasson inventara la fotografía digital y que, desde entonces, los principios de la Ley de Moore se apliquen a esta tecnología.
Soy un cazador. Agazapado, oteo, apunto y disparo. Me interesan las personas y mis modelos son siempre anónimos, situados en su hábitat, rodeados de objetos comunes. La calle, la oficina, la tienda, el metro, son mis decorados. La puesta en escena es la vida misma. No uso nunca flash. Dos normas para la naturalidad: ni un posado y nunca pedir permiso. Dos placeres para la creatividad: la andanza cinegética y la post-producción. Si de fotografía hablamos, no me interesan ni montes, ni árboles, ni bodegones, ni animales, ni atardeceres, ni minerales, ni objetos, ni estrellas, ni coches, ni comidas. * Siempre he sabido que quien me vendió, barata, aquella primera Yashica fue también quien me la robó apenas unos meses más tarde. Por si me lee, tantos años después.